Memoria gráfica del 20 informe Fuego de esperanza colectiva

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El evento

Espacio de encuentro

Para nosotras y nosotros fue muy importante poder reunirnos con las personas de las comunidades, organizaciones, academia; familia y amistades, con quienes hemos compartido este camino y los esfuerzos por construir un mundo mejor. Ha sido largo el tiempo de distanciamiento presencial por la pandemia, y pocas las veces en que nos habíamos reencontrado, por lo que ver sus rostros, sentir sus afectos y acompañarnos en un momento esperanzador fue realmente significativo. Frente a la adversidad y violaciones a derechos humanos que nos siguen queriendo avasallar, estos XX años se vuelven una recarga de memoria e ilusiones que nos impulsan a seguir trabajando por el bien común en nuestras comunidades.

La presentación del informe

La realidad en las comunidades de la Cuenca Atoyac-Zahuapan

Nos encontramos en un momento complejo en términos de derechos humanos tanto a nivel local, como regional y nacional, donde problemas que ya estaban presentes, se agudizan: violencia generalizada, aumento en las desapariciones de personas, perspectiva militarizada del gobierno, proyectos económicos que afectan a las comunidades y al medio ambiente, así como la desestimación de personas defensoras, organizaciones y periodistas por parte del Estado. Todo ello sigue rasgando el tejido social, amenazando la defensa de nuestros derechos y generando muerte.

En la presentación del informe, a cargo de Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro, estuvieron presentes el Rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, Mario Patrón, en representación del Sistema Universitario Jesuita, y Abel Barrera, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, a quienes les agradecemos por compartirnos sus palabras y acompañarnos en este momento tan relevante.

 

Compartir en la fé

Lo que somos y lo que creemos

Hace veinte años surgió el Centro Fray Julián Garcés como un brote en la tierra que, por tanto, no fue creado en ese momento, sino que germinó tiempo atrás. Los orígenes están en la Pastoral Social de la Diócesis de Tlaxcala, donde grupos comunitarios se cuestionaban lo que ocurría en el entorno, analizaban las problemáticas e injusticias que enfrentaban, y reflexionaban cómo podrían resolverlos.
Religiosos y laicos trabajamos juntos por el bien común. Construimos símbolos, nos encontramos, compartimos rabia y risas, reflexionamos y celebramos la construcción de la dignidad humana todos los días.

Los resultados

El Informe

En este informe hacemos presente los cuatro lustros andados, además de compartirles elementos del último año transcurrido, por lo que se conforma de los siguientes apartados: II- Mirada Institucional, III- 20 años construyendo el bien común, IV- Programa de Procesos Organizativos Comunitarios Socioambientales, y, V- Programa de Incidencia.

En la Mirada Institucional damos cuenta de la situación general en la que nos encontramos en relación con las problemáticas que abordamos, asimismo compartimos nuestras redes, soportes, avances y perspectivas. En el siguiente apartado, 20 años construyendo el bien común, damos una mirada a los orígenes del Centro, compartimos algunas voces de instituciones que respaldan este andar, y también compartimos diversas voces de quienes han estado cerca del proceso, solo como una muestra de las cientos de voces, manos y pasos que han andado este tramo de vida con Centro “Fray Julián Garcés” Derechos Humanos y Desarrollo Local, A.C. nosotras y nosotros. Los siguientes dos apartados, relativos a los Programas del Centro, están centrados en compartir las acciones del último año.

Encontrarnos a veinte años de distancia de la fundación del Centro Fray Julián Garcés nos hace presente que las violaciones a los derechos de las comunidades continuán, lo cual es terrible y lamentable, y muestra sus raices estructurales: capitalismo, patriarcado, deshumanización. Sin embargo, este momento genera también esperanza, pues a pesar de las adversidades ha habido frutos porque sigue habiendo comunidad. Son veinte años construyendo el bien común y eso hace que en los grupos, los corazones, las manos y las mentes, siga ardiendo el fuego es esperanza colectiva, para continuar transformando nuestra realidad

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